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Puedo comer higado si estoy a dieta
Plan de dieta para el hígado graso en australia
Los médicos predican la importancia de una dieta saludable, pero la nutrición no siempre es única. En el caso de los pacientes con hígado graso, la afección hepática crónica más común del país, que afecta a unos 100 millones de estadounidenses y puede provocar cirrosis y cáncer, es importante centrarse en la dieta y en los cambios de estilo de vida.
Como dietista y nutricionista registrada en la Clínica de Enfermedades Metabólicas y del Hígado Graso de la Universidad de Chicago, recomiendo una dieta llena de grasas saludables y alimentos de origen vegetal -así como hasta tres tazas de café al día- para ayudar a mantener el hígado sano.
Según la Fundación Americana del Hígado, aún no existen tratamientos médicos para la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Esto significa que seguir una dieta saludable y hacer ejercicio con regularidad son las mejores maneras de prevenir el daño hepático o de revertir la enfermedad una vez que se encuentra en las primeras etapas. Sabemos que la gente no quiere sentir que está a «dieta», por lo que trabajamos muy duro con nuestros pacientes para ayudarles a centrarse en los cambios de estilo de vida, lo que incluye una dieta saludable, ejercicio y dormir mucho y bien.
Comer hígado me cambió la vida
Si padece una enfermedad de hígado graso, debe procurar comer alimentos que le ayuden a reducir la grasa del hígado. Entre ellos se encuentran las frutas y verduras frescas, las grasas saludables, los hidratos de carbono complejos y los alimentos ricos en antioxidantes.
Los hidratos de carbono complejos, como la avena y otros cereales integrales, que liberan energía lentamente, son buenos para el hígado graso porque ayudan a mantener el peso bajo al ayudar a sentirse satisfecho durante más tiempo. Y mantener un peso saludable puede ayudar a eliminar la grasa del hígado y mejorar el hígado graso.
Comer pequeñas cantidades de grasas saludables, como las que se encuentran en los frutos secos y el pescado azul, también puede ayudar a combatir el hígado graso, ya que tienen un alto contenido en ácidos grasos omega-3, que también se cree que ayudan a reducir la grasa del hígado.
Las semillas de girasol son una gran fuente de vitamina E, con 19,6 miligramos (mg) por cada 100 g, lo que supone más de 4 veces la cantidad de vitamina E que necesita un adulto medio al día. Y es importante consumir suficiente vitamina E si tienes hígado graso, porque muchos estudios han demostrado que tomar vitamina E mejora la función hepática y los resultados de las personas con hígado graso en fase inicial.
Peligros de comer hígado
La enfermedad del hígado graso (esteatosis) es la acumulación de un exceso de grasa en las células del hígado, y es una dolencia hepática común en los países occidentales. Afecta a una de cada diez personas. Es normal que el hígado contenga algo de grasa, pero si la grasa representa más del 10 por ciento del peso del hígado, entonces usted tiene hígado graso y puede desarrollar complicaciones más graves.
El hígado graso puede no causar daños, pero a veces el exceso de grasa provoca una inflamación del hígado. Esta afección, denominada esteatohepatitis, sí provoca daños en el hígado. A veces, la inflamación del hígado graso está relacionada con el abuso del alcohol. Esto se conoce como esteatohepatitis alcohólica. En otros casos, la afección se denomina esteatohepatitis no alcohólica o EHNA.
Un hígado inflamado puede cicatrizar y endurecerse con el tiempo. Esta afección, denominada cirrosis, es grave y a menudo conduce a la insuficiencia hepática. La EHNA es una de las tres principales causas de cirrosis. Causas de la enfermedad del hígado graso Comer un exceso de calorías hace que la grasa se acumule en el hígado. Cuando el hígado no procesa y descompone las grasas como debería normalmente, se acumula demasiada grasa. Las personas tienden a desarrollar hígado graso si tienen otras condiciones, como obesidad, diabetes o triglicéridos altos.
Alimentos que deben evitarse con el hígado graso
La enfermedad del hígado graso, como su nombre indica, es una condición médica causada por la acumulación de grasa en el hígado. Hay dos tipos principales: la inducida por el alcohol (causada por el consumo excesivo de alcohol) y la no alcohólica (se produce incluso si nunca se ha bebido). Alrededor del 5% de la población de Estados Unidos padece hígado graso alcohólico. Y aproximadamente 100 millones de personas en EE.UU. padecen la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD); es la enfermedad hepática más común en los niños. La forma más grave se denomina esteatohepatitis del hígado graso no alcohólico (EHGNA), que puede evolucionar hacia enfermedades más graves como la cirrosis y el cáncer de hígado. Independientemente del tipo que se tenga, el mejor tratamiento es un cambio en el estilo de vida -que incluye perder peso, evitar el alcohol y seguir una dieta para hígado graso- para revertir la afección hepática.
Para combatir la enfermedad del hígado graso, es esencial realizar cambios estratégicos y duraderos en la dieta, en lugar de limitarse a evitar o integrar alimentos al azar aquí y allá. «La parte más importante de estos cambios es que deben ser sostenibles», dice la doctora Aymin Delgado-Borrego, gastroenteróloga pediátrica y de adultos jóvenes y especialista en salud pública de Kidz Medical Services en Florida. En general, la mejor dieta para el hígado graso incluye:
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